El zumbido de un motor eléctrico se está convirtiendo en un sonido cada vez más común en las calles y senderos estadounidenses. Las bicicletas eléctricas, que antes eran un producto de nicho, han ganado popularidad, transformando la forma en que nos desplazamos, nos divertimos e incluso repartimos mercancías. A mediados de 2025, el mercado estadounidense de bicicletas eléctricas se encuentra en un vibrante crecimiento, impulsado por una combinación de avances tecnológicos, cambios en las preferencias de los consumidores y un creciente énfasis en el transporte sostenible.
Un mercado en alza
Las cifras hablan por sí solas. Se proyecta que el mercado estadounidense de bicicletas eléctricas alcance una valoración de 8.390 millones de dólares para 2032, desde los 2.650 millones de dólares de 2024, con una tasa de crecimiento anual compuesta (TCAC) del 15,6 % entre 2026 y 2032. Este sólido crecimiento no se limita al ocio; las bicicletas eléctricas se consideran cada vez más una solución viable para la movilidad urbana, ya que ayudan a aliviar la congestión del tráfico y a reducir las emisiones de carbono. De hecho, algunos informes indican que las ventas de bicicletas eléctricas han superado las de coches eléctricos en Estados Unidos en los últimos años.
Este sólido crecimiento está impulsado por varias tendencias clave:
Conciencia ambiental: Ante la creciente preocupación por el cambio climático y la congestión urbana, los consumidores buscan activamente alternativas de transporte sostenibles. Las bicicletas eléctricas ofrecen una solución de cero emisiones, reduciendo la dependencia de vehículos de alto consumo de gasolina y promoviendo un aire más limpio.
Avances tecnológicos: La innovación es la clave del auge de las bicicletas eléctricas. Cuadros más ligeros (que a menudo incorporan fibra de carbono y aleación de magnesio), baterías de iones de litio más duraderas y de carga más rápida, y motores más eficientes y silenciosos hacen que las bicicletas eléctricas sean más atractivas y prácticas. La conectividad inteligente, el GPS, las funciones antirrobo e incluso la integración de IA son cada vez más comunes, transformando las bicicletas eléctricas en sofisticados dispositivos de movilidad personal.
Asequibilidad y accesibilidad: Si bien los modelos de alta gama aún pueden alcanzar precios elevados, el mercado está experimentando un auge de opciones más económicas, especialmente en el rango de $200 a $400. La creciente disponibilidad de bicicletas eléctricas de segunda mano facilita aún más el acceso. Las plataformas de comercio electrónico también desempeñan un papel importante, con un crecimiento interanual del 60% en las compras de bicicletas eléctricas en línea en 2024.
Versatilidad y especialización: El enfoque de "talla única" está desapareciendo. El mercado ahora cuenta con una amplia gama de bicicletas eléctricas especializadas, que incluyen bicicletas urbanas para el día a día, robustas bicicletas eléctricas de montaña (e-MTB) para aventuras todoterreno y prácticas bicicletas eléctricas de carga para familias y empresas. Esto satisface una gama más amplia de necesidades y preferencias de los consumidores.
Urbanización y congestión: En ciudades cada vez más concurridas, las bicicletas eléctricas ofrecen una forma rápida y eficiente de sortear el tráfico, reduciendo los tiempos de desplazamiento y aliviando el estrés urbano. Los programas de bicicletas compartidas y los modelos de suscripción también están ganando terreno, ofreciendo acceso flexible a bicicletas eléctricas sin la carga de tener una.
Navegando por el panorama regulatorio y los vientos económicos adversos
A pesar del innegable impulso, el mercado estadounidense de bicicletas eléctricas no está exento de desafíos. La regulación sigue siendo un obstáculo clave, con normativas dispares entre estados que generan confusión tanto para fabricantes como para consumidores. Existe una presión continua para establecer requisitos de seguridad más estandarizados, y la Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor (CPSC) propone incorporar las normas UL 2849-20 (Norma de Seguridad para Sistemas Eléctricos de Bicicletas Eléctricas) y UL 2271-23 (Norma de Seguridad para Baterías para Uso en Aplicaciones de Vehículos Eléctricos Ligeros) como normas federales. Esto podría afectar el valor de los inventarios si las bicicletas eléctricas existentes no cumplen con los nuevos criterios.
Además, los aranceles a las importaciones procedentes de China, un importante centro de fabricación de bicicletas eléctricas, siguen siendo un factor. Ya se ha aplicado un arancel del 25 % a la mayoría de las bicicletas eléctricas y sus componentes procedentes de China, y la propuesta de aranceles adicionales podría elevar aún más los precios para los consumidores. Esto anima a algunas empresas a diversificar sus cadenas de suministro, trasladando la producción a países como Taiwán, Vietnam y Camboya.
Incentivos y el camino por delante
Si bien actualmente no existe un programa federal amplio de reembolsos para bicicletas eléctricas, la "Ley E-BIKE" se ha reintroducido en el Congreso, proponiendo un crédito fiscal al consumidor que cubre el 30% del costo de una bicicleta eléctrica calificada (hasta $1,500). Mientras tanto, numerosos estados y municipios locales están implementando sus propios programas de incentivos. California, por ejemplo, ha registrado una gran demanda de su proyecto de incentivos para bicicletas eléctricas, que ofrece hasta $2,000 a residentes que cumplen con los requisitos de ingresos. Otros estados como Rhode Island, Vermont, Washington y ciudades como Portland (Oregón) y Washington D. C. también están implementando o desarrollando iniciativas similares, facilitando la adquisición de bicicletas eléctricas.
El futuro de las bicicletas eléctricas en Estados Unidos se presenta prometedor. A medida que la tecnología avanza, los precios se vuelven más competitivos y la infraestructura de apoyo (como carriles bici exclusivos y estaciones de carga) se expande, las bicicletas eléctricas están listas para convertirse en una parte aún más integral del transporte estadounidense. Ya sea para desplazamientos diarios, recreación o usos especializados, la revolución eléctrica sobre dos ruedas apenas comienza a tomar impulso.